Segunda entrega de la serie. Nótese la variedad humana; edades, actitudes, razas. No son una panda de alborotadores. No son fanáticos antidemócratas (¡Dios mío, qué cosas se han llegado a decir de nosotros en todos estos días!). No son piojosos, borrokas, batasunos, golpistas (qué miedo nos han de tener algunos para recurrir a una tergiversación tan burda).
No. Son ciudadanos españoles. Ciudadanos exigiendo a los servidores públicos que hagan el trabajo para el que se les paga y sean justo eso, públicos, no privados, no interesados. Y tienen derecho, ¡vaya que si lo tienen!, porque son ellos quienes les pagan. Que la mayoría permanezca en silencio no les resta legitimidad. Al fin y al cabo lo que reclaman es el respeto a la legalidad, a la Constitución y al espíritu que las inspira, a la moral y a la ética del servicio público. ¿O es que acaso estas cosas son "extras" no incluidas en el contrato inicial?
Por cierto, según el periódico La Razón (¡¿?!), la manifestación de Valencia contó con 10.000 participantes. No sé de dónde han sacado semejante cifra pero yo, haciendo uso de la inferencia estadística y del impagable beneficio de hablar por propio experiencia de lo que cuento, puedo asegurar que había al menos 40.000. El periódico Levante, elevaba la cifra a 80.000 y podría no ser exagerada. Otro día hablamos de los Medios de Desinformación ...
El otro día entrevistaron a un directivo de Triodos bank, pionero de la banca ética y decía algo muy interesante... que porqué seguimos apoyando con nuestro dinero (quien lo tenga) a esa banca que nos maltrata (y la política económica que tiene detrás), que porqué el sistema político sigue con la misma línea económica... no han cambiado nada, salvo los recortes consabidos... curioso. ¿curioso?
ResponderEliminarEl PODER no va a ceder nada, pero tendremos que saber como controlar el poder que nos pertenece... Ellos nos querrán separar, remarcar nuestras diferencias, usar el tan gastado "nosotros y ellos", ojalá no les funcione, y sepamos ver que TODOS tenemos más cosas que nos unen de las que nos separan.
Sin duda, no somos parias sociales, no somos la excepción. Yo tb soy un indignado en la "plaça de la vila" de mi pueblo...
Hay que trasladar la indignación a los actos cotidianos, que es donde podemos ejercer nuestra fuerza.
ánimo y a seguir...