"Háblame, oh Musa, y cuéntame del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado la

sagrada ciudadela de Ilión, conoció las ciudades y el ingenio de innumerables gentes".

Homero
, Odisea, Canto I



sábado, 29 de diciembre de 2012

Varadero



Un pequeño retazo de Ithaké: varadero de Es Caló de San Agustí. Toda la luz, todo el color, de julio, del Mediterraneo.

Adoro esas sombras ...

viernes, 14 de diciembre de 2012

Los árboles y el bosque



Hay que ver: cuanto más rico y variado es lo que tienes delante de tus ojos, menos partido puedes sacarle. Los árboles no dejan ver el bosque. Eso es así para los seres humanos y, desgraciadamente, también para la mayoría de sus creaciones.

Las cámaras y los programas informáticos de procesado están construidos a imagen y semejanza (dentro de lo posible) de sus pares humanos: los ojos y el cerebro. Y comparten con ellos muchos de sus defectos. Si a eso unimos que han de ser pilotados a su vez por ojos y cerebro (y, para más desgracia, los míos) ... Bueno, digamos que se hace lo que se puede.

Y poder, lo que se dice poder, yo no doy más de mí en la tarea de domar esta foto. Seis largos meses desde que la tomé son suficientes para constatar que uno se ha topado con sus propios límites y no es capaz de avanzar más. Y no es que no esté contento con ella; es que no estoy satisfecho porque sé que tiene mucho más por entregar. Ahí al fondo, perdido entre nebulosas y estrellas.

Niveles, curvas, brillo, contraste, saturación, ruido. Subes, bajas, deslizas, serpenteas, haces malabares matemáticos con la información. Tratas de ver el bosque alzarse como ese todo armónico de los árboles. Y aun así el ramaje se obstina. Ver el bosque me exige más.

Pero tendría que podar por aquí, cavar por allá y, al final, el bosque sería un parque. O peor, un prado. Ni árboles ni bosque. No me llega la sabiduría para más. Y, sinceramente, prefiero  esperar a ver si algún día aprendo a ser rastreador antes que convertirme en jardinero.

Cuestión de honestidad: no me gusta pintar nebulosas.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

AstroAyna 2012 (II): M31, segundo intento.

 
No terminó de acompañarnos la meteorología en la reunión de AstroAyna de este año de la que ya les hablé en la primera parte. Eso limitó  los experimentos que tenía previsto hacer y varió algo la elección de objetivos. En un principio no tenía previsto trabajar en una fotografía sobre M31, la Galaxia de Andrómeda, pero finalmente terminaría siendo co-protagonista.

Ha pasado ya algún tiempo desde que realizase mi primer intento sobre este espectacular objeto. El tiempo ha dado para mejorar el resultado, aunque bien es cierto que la técnica y el equipo empleado en esta ocasión son bastante más "ortodoxos" y eso ayuda. En fin, queda aun un largo camino para empezar a conseguir resultados decentes pero ya se puede establecer un evolución (a mejor, por suerte).

Datos: 6 tomas apiladas de 2 minutos cada una a ISO 800. Objetivo 80-200 F4.0
 @ 200 mm de focal y f5.6. Recortada para centrar la galaxia y reducida a 1024 px.

Les vuelvo a poner la versión v1.0, de octubre del 2011, a efectos de comparación.

Datos: 60 tomas apiladas de 5 segundos cada una a ISO 800. Objetivo 50 F1.7 
@ f2. Montura sin seguimiento. Recorte de 1024 px a resolución nativa.

Para futuras versiones creo que dejaré a un lado los ISO altos (ya ven, para la EOS 450D, ISO 800 es ISO alto ... ) porque, para tiempos de exposición de ese orden y teniendo en cuenta el alto brillo del objeto, el rango dinámico del que disfruta es demasiado limitado y se pierden detalles del núcleo de la galaxia. Y seguiré aumentando el tiempo de exposición acumulado; 6x2 minutos hacen unos escasos 12 minutos acumulados, algo demasiado miserable para esperar resultados de calidad (a partir de 1 hora ya, si eso, empezamos a hablar ... ).

Teniendo en cuenta que en las próximas semanas M31 va a ir ganando altura en el cielo nocturno, empezando con ello su temporada de observación, creo que pronto podremos lanzar la v3.0. A ver si se animan también ustedes.

miércoles, 29 de agosto de 2012

De la pequeñez intrínseca del hombre


Torre iluminada, Es Pilar de la Mola, Isla de Formentera.

No somos nada, ni en el espacio ni en el tiempo; nuestra dimensión, la de la humanidad, tiende a cero. Lo que convierte a nuestro pequeño rincón de Cosmos en un cálido regazo en el que todos viajamos juntos hacia lo desconocido.

Sólo por un instante, imagínense una mota de polvo subida a lomos de un pequeño guijarro flotando en un inmenso, casi infinito, espacio lleno de cientos de miles de millones de guijarros como ese. Traten de sentir la inercia del movimiento. Si lo consiguen, aunque sólo sea por un brevísimo instante, lo comprenderán. En él todas nuestras tribulaciones se disuelven en su propia  insignificancia y sólo queda una cosa: el inmenso asombro por la magnificencia de lo que nos envuelve. Pensamiento Oceánico, Conciencia Cósmica; llámenlo como quieran. Tiene muchos nombres.

Crepúsculo sobre el mar de nubes, El Pinar, Isla de El Hierro.

Navegando hacia lo desconocido, Valverde, Isla de El Hierro. ¿Les suena la foto?

Lo que hagamos con nuestro tiempo le es completamente indiferente al Cosmos. Pero no lo debería ser para nosotros.


viernes, 24 de agosto de 2012

Nubosidad media y alta



Lo bonitas y livianas que son y lo que fastidian la observación astronómica ...

Éstas en concreto se me cargaron una sesión de caza de perseidas.

martes, 21 de agosto de 2012

AstroAyna 2012 (I)


¿Comparaciones odiosas? Veamos; en primer plano mi equipo, sobre la alfombra 
verde el de Moisés Gil. El algodón no engaña ...

Bueno, ya está. He recibido mi bautismo astrofotográfico, he pasado la ceremonia de iniciación en el clan.

El pasado fin de semana hice una visita relampago a un clásico de las reuniones astronómicas de nuestro país: AstroAyna, que se celebra cada año durante la luna nueva de Agosto en las inmediaciones del pueblo albaceteño de Ayna, al suroeste de la provincia.

Digamos que me hubiese gustado sacarle más partido a la noche o ahorrarme algún que otro chiste acerca de la "potencia" de mi equipo (aunque algún gesto de admiración truncó la sorna general al ver el logotipo de Leica impreso sobre el teleobjetivo). Pero incluso los inconvenientes son importantes para crecer.

 Foto del grupo que nos reunimos la noche del 17/18 de Agosto. Todo tíos; ¿es 
que el amor a la astronomía no alumbra también a las mujeres? ... Una lástima.
Por cierto, ¿dónde está Wally? Crédito foto: Moisés Gil

Estar rodeado de expertos tiene sus ventajas. Pronto surgieron respuestas para quebraderos que me atormentaban desde hace meses respecto de los ajustes técnicos y mecánicos de mi montura. Incluso propuestas de soluciones. Hubo tiempo para ver el elevado grado de profesionalidad y conocimientos de muchos de ellos, la exquisita y escrupulosa precisión con la que trataban cada aspecto del proceso de realización de las fotografías, su rigor técnico. O el amor hacia sus "aparatitos", patente en el inmaculado aspecto de todos ellos.

Yo, de mayor, quiero ser Paulino ... o quien herede su equipo.

Una vez desplegada toda la tropa y la correspondiente "artillería", aquello tenía un aspecto impresionante. Y variopinto, dado que no solo había astrofotógrafos sino también aficionados (¿?) a la observación visual pura. Como para no serlo, claro; vean la foto panorámica. Sí, ese enorme cacharro negro del extremo de la izquierda que rivaliza sin problemas con el coche a su lado, es un telescopio. Medio metro de apertura tiene el bicho. Y no se pueden imaginar (NADIE puede) lo que es capaz de mostrar por su ocular. Me costará olvidarlo ...

Panorámica del evento. Foto: Moisés Gil.

Luego, la noche fue mas corta de lo deseado por culpa de las inevitables nubes altas que se congregan al amor de cada reunión astronómica. Debe ser que les caemos simpáticos ... Y no faltaron mis ya clásicas batallas contra el equipo (de las que, al final, resultó ser completamente inocente ... ), que limitaron aún más el tiempo útil disponible. Aún así (aunque también por pura perseverancia) nos acostamos tarde, a eso de las cuatro y pico, no mucho antes de que apareciesen las primeras luces del alba. Y al día siguiente aún hubo tiempo para una clase magistral de procesamiento de imágenes astronómicas impartida por Toni Mancera, antes de partir para Albacete a un nuevo turno de trabajo con el que rematar el agotador fin de semana

Foto: Moisés Gil.

En definitiva, fue breve pero intenso. Un punto de partida hacia un mundo complejo y apasionante. En próximas entradas, las tomas que logré reunir esa noche.


martes, 14 de agosto de 2012

Premio de consolación ...



Campaña de las Perseidas 2012. Primer síntoma de mala suerte: nublado la noche del 11/12 de agosto (pre-máximo) y me toca trabajar la del 12/13 (post-máximo). Tendré que hacer las fotos desde dentro de aeropuerto si la contaminación luminosa me deja. Segundo: me olvido el alargador de enchufes extralargo en casa. Tiene solución con un apaño a base de empalmar tres mas cortos. Tercero: aparece nubosidad media y alta sobre las 4:00 h. Cuarto: descubro que se me ha acabado la tarjeta de memoria (bah!, total, hay nubes ... ).

El resultado es obvio; no pillé ni una perseida. 

Pero entonces el Cosmos se apiadó de mí y me dejó la preciosa estampa de una alineación perfecta de Venus (abajo), la Luna menguante (centro) y Júpiter (arriba, algo mas desplazado), bajo la atenta mirada de un Orión joven aún. Y todo volvió a tener sentido.

martes, 31 de julio de 2012

Segundas oportunidades


  

A veces uno no sabe del todo por qué hace las cosas. 

Ésta foto es una de las versiones descartadas de un proyecto de hace un par de años que ya les mostré. Ni siquiera traté de hacerle el revelado digital.  Y el caso es que no sé por qué la descarté completamente porque me gusta incluso más (al menos hoy) que la que finalmente elegí. En fin; que no sé en qué estaba yo pensando cuando hice la selección.

No obstante aquí está, viviendo su segunda oportunidad.


martes, 24 de julio de 2012

Otro atardecer



Esta vez en las cercanías de Enguera (Valencia), un bello lugar del que he hablado en alguna otra ocasión.

Esa noche había eclipse de Luna y algún otro día contaré de las peripecias y tribulaciones que me acontecieron entonces.

lunes, 16 de julio de 2012

Trazas de estrellas: primer intento



Hace mucho que tenía ganas de probar la técnica "Star Trails", o trazas de estrellas en idioma indígena, pero por pura pereza nunca lo había hecho hasta ahora. No es que sea una técnica muy difícil pero requiere larguísimos tiempos de exposición o, alternativamente, un gran número de tomas menores. Y siempre encontraba un objetivo mas interesante en el que ocupar ese tiempo.

Este verano, durante mi estancia en Ithaké, decidí firmemente poner fin a este impass. Busqué un buen hito en el que enmarcar la foto, me trabajé el encuadre adecuado y planifiqué los aspectos "técnicos". Pero como soy medroso cuando de tareas pacientes se trata, antes preferí hacer un ensayo general. Y, como suele ocurrir, todo lo planificado se fue al traste y el ensayo terminó siendo "LA" foto. Eso me pasa por lo que me pasa ...

En fin, al tema; la toma es el resultado de la compilación de diez fotografías de 4 minutos cada una a ISO 200 y F:4. En total equivalen a una sola toma de 40 minutos, una menudencia respecto de las al menos 2 horas que tenía planificado para "la de verdad".

Tampoco el motivo está muy a la altura pero me sirve para ilustrar sobre contaminación luminosa; está realizada desde el extremo oriental de la isla, mirando hacia el Norte (obviamente), y el gran foco luminoso del extremo izquierdo es la zona del Aeropuerto de Ibiza, situado a 26.5 km (se ven también las trazas de al menos tres aviones en trayectoria de aproximación al mismo). La luminosidad tras los árboles es la propia ciudad de Ibiza, a 28 km.  Luego vienen Roca Llisa (a 28.5 km), Santa Eulalia del Río (34 km.), Es Canar (36 km.) y el faro de Tagomago (40.5 km). Y eso que los de la isla son de los mejores cielos que quedan en España ...

viernes, 13 de julio de 2012

Puesta de Sol en Ithaké


Ya volví de la Isla.

Ha sido una de las incursiones en lo mágico mas potentes de toda mi vida y ahora tengo una sensación extraña en el alma. No sabría describirla, de modo que no lo intentaré.

Me limiteré a dejarles aquí la foto; es bastante mas elocuente que yo.



Me ha dado por pensar que sería como una metáfora de mi despedida de la Isla. Pero resulta que no, que no es eso lo que me surge al corazón cuando la contemplo. No hay melancolía. Hay ... ¿qué se yo?. Lean esta entrada de Jordi Busqué; van por ahí los tiros.

martes, 26 de junio de 2012

Excursión al Maestrazgo turolense



A veces me parece absurdo, con la que está cayendo y lo que se avecina, hacer o tratar de fotografía o de lugares, o de pequeños placeres. Y a veces hay tantas cosas por las que gritar, tantas ganas de hacerlo, que no te sale la voz del pecho.

Pero es que también a veces es precisamente eso que dejamos por intrascendente lo que de veras tiene sentido y no ese teatro dadaísta que nos presentan cada día los medios de comunicación. El camino está mas cerca de lo primero que de lo otro.


Hay un lugar en esa Teruel olvidada de Dios en el que las piedras son mas sabias que los hombres. Un lugar en el que la vida, tenaz, se empeña en perpetuarse en ciclos inmutables sobre quien sea y pese a quien le pese. Un lugar cuyo mayor motivo de noticia es ser cuna de tormentas desde que se tiene memoria.


Una isla tierra adentro que poco a poco se va sepultando en el polvo y la ruina mientras retorna a la tierra y al cielo.


Allí encuentras valores perdidos por nuestra sociedad; que nada es lo bastante viejo para ser inútil, que siempre es posible volver a edificar lo destruido, que la tenacidad y la paciencia son herramientas mas poderosas a largo plazo que la prisa y el engreimiento.




Un día, junto a un camino, vi un tronco de madera roja y petrificada surgiendo de la arenisca fina y blanca de lo que un día fue una playa tropical en la que quedó varado allá por el Jurásico. Aquella noche vi los cielos intemporales y eternos que contemplan incluso a quien no los ve.




Ahí estaban todas aquellas cosas mucho antes de que nosotros llegásemos y permanecerán allí, impertérritas, hasta mucho después de que nos marchemos. De lo que se trata es de cuánto queremos permanecer junto a ellas.

martes, 3 de abril de 2012

La pequeña estrella del Cisne



Hace ya bastantes años, mas de once, publiqué mi último artículo en una revista. Se trataba de un artículo sobre astrofísica en la principal (hoy ya única) revista de astronomía amateur española, Tribuna de Astronomía (hoy rebautizada como AstronomíA). Corría el mes de noviembre del año 2000 (*). Algún día les tengo que contar esa breve y peculiar etapa de mi vida en la que me dediqué ocasionalmente a la literatura científica, pero ahora no viene al caso.

El tema es que el artículo en sí no era mas que la versión mas o menos resumida de un trabajo de investigación (básicamente bibliográfico) realizado para la asignatura de astrofísica durante mi licenciatura en Ciencias Físicas. Y versaba sobre los diferentes aspectos y cualidades de un estrella concreta, 61 Cygni.

Es curioso cómo se le puede tomar cariño a una estrella hasta el punto de tomarte como algo personal lo que pueda tener que ver con ella. Y no es la ñoñería ésa de bautizar estrellas previo pago del correspondiente precio a una empresa de muy dudosa reputación; en mi caso fue (es) como si aquella fuera de mi efectiva propiedad, o mejor aun, como una cierta forma de enamoramiento.


A simple vista no es mas que una humilde estrella apenas perceptible entre miríadas de otras en la constelación del Cisne. Para mas inri, en una zona directamente atravesada por la Vía Láctea, que acapara buena parte del protagonismo de la región. Por ahí cerca también está Deneb, uno de los tres vértices del conocido como "triángulo del verano" junto a Vega y Altair, y algo mas lejos Albireo, posiblemente la estrella doble mas hermosa del cielo septentrional.

También es una región excepcionalmente abundante en nebulosas de emisión, como NGC 7000, la Nebulosa de Norteamérica, o IC 5067, la Nebulosa del Pelícano, por poner solo dos ejemplos.
 

Pero el caso es que su aspecto es engañoso. En realidad es una estrella muy especial y con una gran importancia en la historia de la Astronomía. Fue la primera estrella de la que se conoció su distancia (aparte del Sol, claro) y una de las estrellas que mas rápidamente se mueven entre las demás (en desplazamiento aparente, en lo cual influye que es una vecina cercana de nuestro sistema); fue una de las primeras estrellas dobles conocidas y un serio candidato a poseer planetas a su alrededor, aunque hasta la fecha nunca se ha confirmado. Y también ha sido fuente de inspiración para la ciencia-ficción.

Echando la vista atrás, mi relación con 61 Cygni es como uno de esos amores de juventud, intensos e imposibles, que no se olvidan jamás. Cada detalle que descubría en ella me llenaba de gozo y asombro; poco a poco los datos fueron trazando una imagen tan nítida y vibrante de aquel sistema estelar que no me costaba nada viajar con la mente hasta allí y fantasear con los mundos extraños que las orbitarían.

Representa también el periodo mas intensamente intelectual que he vivido, un tiempo en el que soñé con ser astrofísico y hasta tracé mi área de interés (formación y evolución de estrellas de pequeña masa). No pudo ser, pero aun quedan rescoldos que lucen a la primera oportunidad.


Vista con telescopio, 61 Cygni es en realidad una pareja de estrellas, una anaranjada y la otra rojiza. No son un par muy apretado, lo que unido a su cercanía hace que en realidad sea bastante sencillo verlas separadas; con un buen objetivo de 100 mm de focal bastaría para desdoblarla en sus dos componentes (resolverla, en la jerga astronómica) aunque apenas a tres píxeles de centro a centro. Con el objetivo con el que está hecha esta foto (un 50 mm) no se llega a distinguir, de modo que tendría que probar con el 200 mm mas duplicador para lograr algo decente (12 píxeles de centro a centro, suficiente para que queden separadas).

Dudo que con esa foto ganase una APOD o conmoviese algún corazón. Pero aun así sería una foto importante para mi: el retrato de un amor platónico.
 

(*) El artículo en cuestión está disponible para quien tuviese curiosidad. No tienen mas que pedirlo.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Esplendor Conjuntivo



  Miren que soy de los que aprecian un buen estar a solas uno con el mundo, pero hay que reconocer que a veces dos es mejor que uno. Y cuanto mas juntitos mejor. Llámenlo amor, pasión, amistad, cooperación, solidaridad, compañía, ... O esplendor, como en este caso.


La especie humana empeñada en no mirar nunca para arriba (ni para adelante mucho mas allá de sus propias narices) y aun así el mundo nos regala estas joyas de luz pura y cegadora. Somos ricos y no nos damos cuenta ...





P.D.: He intentado explorar tres enfoque diferentes para retratar la efeméride; éxito dispar. Otros han sabido hacerlo mucho mas certeramente que yo: si no lo han hecho ya, no dejen de pasar a ver las visiones de Jordi Busqué (genial toma desde Panamá), Paco Elvira (y ésta), Jan Puerta (desde Chile), o Frikosal (y ésta, ambas de los días previos al evento).

domingo, 26 de febrero de 2012

El cazador y sus violentas pasiones


 Según la mitología griega, Orión era un cazador gigante. Hay numerosas versiones de su historia pero todas tienen un denominador común: es una triste historia de amor. De amor mezclado con celos y con obsesión. En unos casos sus amores eran con la diosa Artemis, en otros con Mérope, una de las Pléyades, y en otros con las Siete Hermanas en su conjunto. Incluso se cuenta que llegó a violar a Mérope, que acosó a sus hermanas y que murió a manos de Artemisa por maquinación de Apolo, celoso de la pasión de su hermana por el gigante. También anda por ahí un escorpión colosal con el que no se llevaba nada bien ...

 Pasiones candentes y destructoras. Lo que no va mal a una constelación tan radical, tan visceral, en belleza y secretos. Les cuento, de norte a sur.


 En la parte superior izquierda de la constelación se encuentra la brillante estrella Betelgeuse, una supergigante roja que en algún momento (en CUARQUIER momento) de los próximos mil a diezmil años estallará como supernova y se convertirá durante algunas semanas o meses en el fenómeno celeste mas memorable de todos los tiempos (o casi, todo va en gustos). Mas abajo (al sur) hay un grupo de tres magníficas estrellas azules casi perfectamente alineadas que se conocen como el Cinturón de Orión y cuyos evocadores nombres son Alnitak, Alnilam y Mintaka. Junto a la primera de ellas se encuentran las nebulosidades de NGC 2024, conocida como La Flama, IC 434 y B33, la famosa nebulosa Cabeza de Caballo.

 Mas abajo se haya otro grupo de estrellas alineadas, mas débiles, conocidas como la Espada de Orión, en donde se aloja la impresionante y archiconocida M42 o Nebulosa de Orión (a la que ya visité anteriormente), junto a M43 o Nebulosa de De Mairan. Constituyen uno de los criaderos de estrellas mas cercanos a la tierra y se encuentra en plena ebullición. Finalmente, en el extremo inferior derecho, la estrella Rigel que reina con elegancia y fría belleza, mientras oculta la verdad de su naturaleza triple.
 

 Todas estas eminencias cósmicas son visibles en mi fotografía y les pongo un mapa estelar extraído del Sky Atlas 2000.0 para que se ubiquen. Y lo mejor de todo es que también son visibles otros dos elementos mas sutiles, aunque hay que fijarse bien para verlos.

 A la derecha de Rigel, hay una nebulosa, IC 2118, conocida como Cabeza de Bruja por su siniestra silueta (si ven la imagen a toda resolución la podrán intuir con su pálida luz grisácea); la maldad tras el frío brillo del acero.

 Y a la izquierda, como un gran arco que envolviese la parte inferior de la constelación, el Bucle de Barnard, un enorme arco rojizo producto de la titánica explosión de una gran estrella hace dos millones de años y que hoy brilla aun producto de la ionización que sufre su materia por la intensa luz ultravioleta de las poderosas estrellas del Cinturón, hermanas supervivientes de aquel leviatán estelar. El ardiente recordatorio de la pasión destructora.

 De estas cosas nada sabían los griegos. Y sin embargo, qué hermoso paralelismo.

Y no me negarán ustedes que la foto me salió chula ¿no? ...

miércoles, 22 de febrero de 2012

El Rojo y el Azul


 En la última entrada del año pasado les prometí que una vez entrado el nuevo les mostraría el resultado de mis primeras experiencias en astrofotografía "en serio" (vamos; con orden, criterio y metodología). Y lo cierto es que hubiese preferido empezar por otra y reservarme ésta para el final, pero no he podido resistirme.


 Pero antes de nada les voy a introducir un poco.

 En los cielos de otoño e invierno, precediendo como un copero al gigante Orión, luce en todo su esplendor la pequeña joya celeste de las Pléyades. A ojo desnudo es un pequeño grupo de seis o siete estrellas (según la agudeza visual del observador) apiñadas en una superficie aparente que equivaldría mas o menos al doble de la de la Luna. Las Pléyades (o M45 en los catálogos astronómicos) técnicamente son lo que se conoce como "cúmulo abierto", una agrupación de estrellas físicamente ligadas y con origen común. En general se trata de estrellas muy jóvenes, a las que todavía no les ha dado tiempo a alejarse mucho de la matriz de gas y polvo de la que nacieron. Por eso suelen estar dominados por brillantes estrellas azules, cuyas cortas pero espléndidas vidas no les dejan llegar muy lejos como astros solitarios e independientes.
 A mí personalmente me parecen uno de los elementos mas espectaculares y hermosos del firmamento septentrional y siempre les he tenido un especial cariño.


Algo al Este de las Pléyades se encuentra una nebulosa de emisión, la NGC 1499, también conocida como la Nebulosa de California por recordar su forma la del estado del oeste de los EEUU. Es una región HII (lo que en la jerga significa que es una nebulosa que brilla por la emisión del hidrógeno ionizado), por lo que presenta un hermoso color rojo profundo o escarlata, y forma parte de un complejo mucho mas amplio de nubes moleculares, de las que no es mas que una sección expuesta a la intensa radiación ultravioleta de una gran estrella cercana, Menkib, de la constelación de Perseo (y que en la foto es la estrella azul brillante que está entre la nebulosa y las Pléyades, a 2/5 de la distancia entre ambas). Es como un hermoso velo rojo ondeando a la izquierda de las Siete Hermanas (nombre popular con el que en algunos lugares se conoce también a M45).


Juntas en una misma toma, M45 y NGC 1499 constituyen un precioso contraste de color y un objetivo sorprendentemente sencillo para la iniciación en astrofotografía con seguimiento. La mía, sin ir mas lejos está hecha con una focal de 50 mm a f:2,8 (si alguien está interesado en los datos técnicos completos no tiene mas que pedírmelo). Y es un primer intento ...

Saludos a todos y espero que la salud me deje actualizar el blog algo mas a menudo, porque llevo una racha ...


P.D.: He hecho un pequeño cambio de look al blog (por puro aburrimiento, no se crean), ya lo habrán notado, pero no termino de hacerme con las sutilezas del diseño en blogger y alguna chapucilla sin resolver mancilla el resultado. Espero que sepan perdonarlo ;)

jueves, 19 de enero de 2012

Una fotografía muy complicada (pero tremendamente interesante)


Tengo que empezar esta entrada pidiendo disculpas por mi "desaparición" de las últimas semanas. No me llena de satisfacción precisamente dejar que se me acumulen los comentarios sin responder, ni dejar de visitar y comentar los blogs amigos que sigo, ni tener el mio parado y huérfano de nuevas entradas. Pero es que el año ha empezado bravo y entre unas cosas y otras apenas me he podido poner frente al ordenador y mucho menos hacerlo para algo que no fuese trabajo.

Pero como no hay mal que por bien no venga (no tengo tiempo porque estamos, mi pareja y yo, en plena eclosión de ilusionantes proyectos), ni que cien años dure (de vez en cuando algún hueco sale, como éste, sin ir mas lejos), aquí estoy de nuevo aunque por tiempo limitado para enseñarles una foto con ánimo exclusivamente pedagógico.


La cosa es que parecerá una tontería pero es una foto algo complicada de hacer. Se trata de hacer con una cámara lo que el ojo humano realiza sin esfuerzo, a saber, captar a un tiempo el disco de la Luna y su corona luminosa. Pero antes de decir mas sobre la dificultad del caso les contaré el porqué es interesante lograr ese objetivo.

No sé si alguna vez se habrán planteado ustedes por qué la Luna (y el Sol) tienen una corona luminosa a su alrededor, qué la produce, ni si siempre tiene el mismo aspecto. Bueno, la respuesta es que la corona lunar (y solar) es producto de la difracción producida por la presencia de partículas en suspensión en la atmósfera (aerosoles) y muy en particular por la de pequeñas gotitas de agua.

Cuando la Luna se ve a través de un velo de nubes de tipo cirro o de nubes estratiformes, medias o bajas, finas y traslúcidas, lógicamente atraviesa una región atmosférica rica en gotitas en suspensión, que es lo que al fin y al cabo es una nube (hay quien piensa que el vapor de agua es visible pero no es así; lo vemos cuando se condensa en pequeñas, casi microscópicas gotitas de agua, tan ligeras que la simple agitación del aire por su turbulencia natural las mantiene en alto y les impide caer a tierra). Ésa es la situación en la que estamos acostumbrados a ver las coronas, con sus arcos coloreados y su espectacular despliegue. Hace tiempo ya les mostré un halo solar, un fenómeno relacionado, captado por mí desde Albacete en esas condiciones. Aquí tienen otro ejemplo, éste de corona solar, en el que se ven bien los arcos coloreados:


Pero no es tan habitual que prestemos atención al hecho de que incluso en un día completamente despejado es posible percibir la corona lunar, aunque en una versión mucho menos llamativa (muy raramente son visibles los arcos coloreados). Ello es así porque incluso aunque no haya nubes, el aire está lleno de pequeñísimas gotitas de agua condensadas alrededor de algunos tipos de partículas de polvo, cristalitos de sal marina, polen o cenizas provenientes de incendios forestales o combustión de motores, incluso aunque la humedad relativa sea mas o menos baja. Ése es el caso de la foto.

Y ocurre que las características concretas de cada corona nos dicen muchísimas cosas sobre esas pequeñísimas partículas pese a que no las podamos ver. Por ejemplo nos puede decir su tamaño promedio. Y eso porque el tamaño de la corona (su diámetro) guarda relación con el de las gotitas que la producen. Para ello basta con aplicar la sencillísima fórmula que dice que ese tamaño, en micrómetros, es igual al resultado de dividir el número 120 por la relación entre el diámetro de la corona (sin sus arcos coloreados) y el diámetro de la Luna. En el caso de mi foto ello indica que el tamaño de las gotitas presentes en ese momento en el aire era de 27 micrómetros (0.027 mm), dado que 120 / 4.5 = 27. Pero es que además nos dice que la dispersión de los tamaños (mas o menos la diferencia entre el tamaño mayor o el menor y el promedio) en el aire es al menos del 20%.

Es decir; podemos hacer ciencia simplemente con tomar una foto. Si les interesa profundizar algo mas en el tema les recomiendo esta interesantísma web sobre óptica atmosférica.

¿Y en qué consiste la dificultad de la foto? Bien, les contaré que para realizarla tuve que hacer dos tomas y luego empalmarlas, una de 1/2500 de segundo y la otra de 1.6 segundos, lo que significa 4000 veces mas exposición que la primera, por lo que hay ¡¡12 pasos de diafragma entre una y otra!!. No hay cámara en el mundo, ni amateur ni profesional, ni siquiera científica, capaz de realizar en condiciones una toma con un rango dinámico tan enorme; o sale bien la Luna o sale bien su corona, pero no ambas a una.

Éso para que valoremos un poco mas el regalo que nos hizo la naturaleza y lo mucho que le queda al ingenio humano para lograr emularla.



lunes, 2 de enero de 2012

Formas de empezar un año


Ya les conté hace solo unos días unas cuantas formas de acabar un año. Hoy les contaré un par sobre cómo empezarlo.

La primera es bien potente: creando.

Mucha gente, poco antes de las campanadas de fin de año, hace solemne acto de compromiso y se encomienda a sí mismo la "ineludible" obligación de cumplir una serie de loables propósitos. Algunos, sin embargo, deciden saltarse la ceremonia y comienzan el año realizando directamente alguno de ellos. Mi pareja, por ejemplo, llevaba desde hace tiempo con la idea de desarrollar un proyecto que le rondaba la cabeza; crear una pequeña tienda on-line de productos de maternidad consciente y lo que se conoce como "crianza con apego", un concepto sobre la maternidad/paternidad que ambos compartimos y disfrutamos. ¿Y para qué esperar mas? Primero de enero y tienda inaugurada. Se ríe de la crisis pero es que el futuro es de los que se arriesgan.

"Hasta la Luna y vuelta" la ha llamado. Bonito, ¿no?

 Diseño del logo: Khaos Studio

Es un proyecto especialmente ilusionante porque ha tratado de ser muy coherente con su (nuestra) forma de pensar y ver el mundo, de modo que le ha dado prioridad, en la medida de lo posible, a la producción ecológica y al pequeño productor artesano y local, la fabricación propia y la cooperación con otros. Lo que convierte su proyecto también en el proyecto de muchos. Si se dan un paseo por ella seguro que les gustará. Es aun chiquita pero poco a poco irá creciendo.

La otra forma que les propongo es mucho mas humilde; experimentando. Por ejemplo los pros y los contras de algunas técnicas fotográficas. O de formas expresivas. Es mi caso y el de esta foto.


No es mas que una primera aproximación a una técnica, el HDR o "Alto Rango Dinámico", que a mí personalmente siempre me ha dado cierto repelús (en parte por los lamentables excesos que he contemplado muchas veces) pero que ofrece muchas posibilidades expresivas si se sabe usar con moderación y templanza de ánimo. Y si se tiene un buen motivo para ello y no simple gusto por el alarde tecnológico.

Por lo demás, me parece que esta foto es como una metáfora del proyecto de mi pareja: un comienzo lleno de incógnitas pero también de promesas. La belleza de elevarse hacia los sueños.