"Háblame, oh Musa, y cuéntame del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado la

sagrada ciudadela de Ilión, conoció las ciudades y el ingenio de innumerables gentes".

Homero
, Odisea, Canto I



viernes, 28 de mayo de 2010

Halo Solar

Los halos solares son fenómenos debidos a la refracción de la luz de nuestra estrella por parte de minúsculos cristales de hielo. Es por eso que solo se pueden dar bajo ciertas condiciones: nubes altas no muy espesas (cirroestratos) o nubes finas en una atmósfera extraordinariamente fría (o sea, latitudes extremas).

A mí particularmente me recuerdan a Platón, que decía que cuanto ocurría en los cielos, más allá de los humores telúricos, eran muestras de perfección eterna e inmaculada por contraste con la degeneración y fugacidad de los acontecimientos terrenos. Me recuerdan que pese a nuestras lamentables tribulaciones, más allá existen cosas maravillosas que permanecerán mucho tiempo después de que se borre todo rastro de nuestro paso. Es el recuerdo de la eternidad de la belleza.


A veces sueño con otros mundos, con otros cielos. En ellos también se alzan espléndidos halos solares, tal vez estelares. Y me imagino contemplándolos, muy lejos de aquí y de la absurda manera en la que nos empeñamos en complicar la vida, en apartar nuestra vista de la belleza y concentrarnos en luchas estériles.


He visto muchos amaneceres y es uno de los momentos del día que más amo. Quizás porque en ese momento todos nuestros absurdos duermen aún y la verdad es más simple y evidente que nunca. Si nuestra mente, durante los sueños es cuando gesta sus frutos más geniales y lúcidos, liberada de las cadenas de la lógica, el amanecer es la hora en la que se alumbran los milagros.


En una terraza fría, sólo, con un trípode y (casi) todo el tiempo del mundo para esperar que ocurra. Es una hermosa manera de perder el tiempo. O de ser verdaderamente sensato por un rato. Quizás por eso nunca me arrepiento, nunca me avergüenzo, de ser un soñador, de ser un iluso.

6 comentarios:

  1. A estos halos he oído llamralos la corona de "san nosequien", no sabía a que eran debidos, pero a mi me encanta verlos al rededor de la luna en una noche de verano (no se si el fenómeno es el mismo), y me causa una sensación parecida a la que describes. Desde muy pequeño he sentido la trascendencia de una manera muy potente, de hecho cuando era muy pequeño (cuatro o cinco años) a lo que le tenía más miedo era a "la frontera del universo" (no se explicarlo mejor), luego esta angustia se ha ido mitigando, pero en mi "discurso" siempre tengo esta dimensión presente, en realidad sin nosotros (la humanidad) estos halos se seguirán produciendo.

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  2. Muy bonito Oddiseis, tanto el texto como las fotos. Y muchas gracias por poner el anúncio del taller! :-)

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  3. En cambio a mí me subyugan los ocasos, no porque no madrugue, sino porque al atardecer ya todo se va, se acuesta el Sol y se lleva, como un río, nuestros pesares, aunque sólo sea hasta el siguiente Sol. Pero, mientras, nos deja con la magia de la noche, tiempo suficiente para sentir de nuevo...

    Un abrazo.

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  4. Joako, creo que sentías el vértigo del infinito. A mi me pasaba algo parecido. Pensaba en un enorme, infinito, espacio vacío que se extendía más allá de la frontera del universo y que no tenía paredes ni rincones ... y se me ponían los pelos de punta.

    Jordi, es lo menos que podía hacer. Pero me duele en el alma no poder acudir. No obstante ya les enseñaré los intentos que en cuanto a paisaje astronómico realice este verano por mi cuenta y de modo autodidacta, para que me aconsejen.

    Javier, bienvenido a mi blog. Una de ocasos tengo preparada para más adelante, que de esos también he visto unos cuantos. En cualquier caso, veo que todos somos de los que apreciamos el suave rumor de las estrellas ...

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  5. Eso exactamente era, pero yo tenía cinco añitos, no se como se me ocurrian esas cosas a esa edad, lo llevaré a terapia.

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  6. Que uno se encuentre en plena efervescencia laboral, no impide que busque algún resquicio en el tiempo para acercarse al blog de un amigo y pueda felicitarle por su última entrada.
    Observando halos solares desde la capa de Heaviside, mientras pongo un examen sobre Tecnología de la Comunicación, recibe un saludo en tu Odisea. Deckard.

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