"Háblame, oh Musa, y cuéntame del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado la

sagrada ciudadela de Ilión, conoció las ciudades y el ingenio de innumerables gentes".

Homero
, Odisea, Canto I



viernes, 28 de octubre de 2011

¡Que venga ya el frío!


No sé si le pasará a todo el mundo pero yo soy de los que necesita una temporadita de frío para carburar bien. Y claro, este lento declinar del verano me está matando. Necesito que empiece el frío, el de verdad, tener que abrigarme, sentir algún escalofrío de vez en cuando. Puñetero cambio climático ...


De hecho, una de las cosas que peor llevaba en mi etapa en El Hierro era su clima subtropical sin invierno. Y eso que por su orografía extrema bastaba con recorrer unos kilómetros en el coche para pasar de unos temperados 25ºC en la costa a unos estimulantes 15ºC en la parte alta de la isla. Allí llegué a encontrarme a tan solo 5ºC. Pero era tan solo durante excursiones. Demasiado poco para que el cuerpo se recargue, para engañarle y que crea que vivió un invierno. Al final terminaba agotándome.


Y por contraste, una de las cosas que mejor llevo de mi destino actual en Albacete es precisamente sus recios inviernos castellanos. Sus noches a -12º, -15º y hasta -20ºC (en alguna ocasión puntual, claro). Su escarcha mañanera. Su bruma helada. Esos impresionantes cristales de hielo que se forman sobre las lunas de mi coche o la capa blanca sobre el capó.

Les muestro aquí una pequeña colección de las del año pasado. Y les llamo la atención particularmente sobre la primera; yo, que vengo de una tierra de inviernos mas reposados, nunca había visto dibujarse unos cristales de hielo así sobre la luna de un coche. Tienen forma como de cristal de nieve un tanto anárquico y de tamaño enorme, de hasta tres o cuatro centímetros algunos de ellos. Y luego están las curiosas procesiones de cristales que se ven en la segunda foto y ... Digamos que en invierno no me aburro por falta de novedades.


De todas formas y si puede ser, pediría que, aparte de que vaya instalándose el frío de una santa vez, este invierno trajera nieve. Siquiera una sola buena nevada, de las que dejan todo blanco el paisaje. Mas que nada porque es precioso y porque para los que nacimos en el Mediterráneo, es lo mas parecido a no conocer el mar y verlo por primera vez.





5 comentarios:

  1. A mi me pasa algo parecido, Joaquín. Si quieres solucionarlo, pasa una noche dentro del coche cuando hay esas escarchas. A mi ya me ha pasado más de una vez el despertarme medio congelado y sin poder ver el exterior por culpa de la escarcha. Luego salir al campo y que se hiele el aliento... A ver si no tarda!

    Buenas fotos, por cierto!

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  2. Duele en el momento ¡pero te hace sentir tan vivo!. Ten en cuenta que soy aficionado a la astronomía desde niño; conozco lo que es y lo que significa el frío cuando esperas quieto a la intemperie. Y aun así lo hecho de menos ...

    Un gran saludo Jordi.

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  3. También yo lo echo de menos. La alternancia de las estaciones rompe esa monotonía que llega aburrir. Parece que el puñetero cambio climático va funcionando poco a poco. ¿que opinas tú que entiendes del tema y me imagino que tienes acceso a informaciones serias?
    Un abrazo

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  4. Mi familia materna es de Albacete, y he pasado algún que otro de esos recios inviernos, pero hay algo casi místico en una mañana soleada y despejada, a bajo cero mirando desde "la trasera de Alcaraz" el campo que se extiende hacia la sierra.

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  5. Joako, ¡qué razón tienes! Esos campos humeantes de bruma, esos terrones cubiertos de escarcha, esos carámbanos colgando de las ramas ... el frío puede llegar a ser muy hermoso.

    Unsui, me encanta que me hagas esa pregunta. Hace unos años, durante mi formación como meteorólogo, visitamos el Observatorio de Montaña de Navacerrada. Allí tuvimos la oportunidad de charlar con uno de sus observadores, a punto de jubilarse (lo hizo menos de una semana después) y con varias décadas de experiencia a sus espaldas, y la cuestión del cambio climático surgió de manera natural. Él nos comentó que se sentía incapaz de hacer una afirmación categórica respecto del incremento de las temperaturas pero, en cambio, podía afirmar con toda rotundidad que la pluviometría había descendido de manera ostensible y regular durante sus mas de cuarenta años de servicio en aquel lugar (afirmó que se había reducido ¡a la mitad!).
    Ello es completamente coherente dado que las variaciones en temperatura que se barajan rondan las décimas de grado y, dada la amplia variabilidad anual y sus amplitudes relativas, solo un intenso estudio estadístico la hace patente. Sin embargo, esa variación "imperceptible", al extenderse sobre un sistema de inmensa superficie como es la atmósfera, genera cambios en los patrones de otras variables mucho mas "visibles", como la pluviometría, la cota de nieve, la extensión de los glaciares, o la frecuencia de fenómenos violentos.
    Todas las fuentes de datos que he podido consultar (repito, TODAS), tanto las de datos directos como las de indirectos, atestiguan un incremento de la temperatura media del planeta, aunque con importantes discrepancias en cuanto a su magnitud. Supongo que eso responde a tu pregunta, pero el tema daría para mucho mas.

    Un gran abrazo a los dos.

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