"Háblame, oh Musa, y cuéntame del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado la

sagrada ciudadela de Ilión, conoció las ciudades y el ingenio de innumerables gentes".

Homero
, Odisea, Canto I



martes, 12 de abril de 2011

"Ya no puedo escuchar la Tierra. Me adentro en la oscuridad ... " (*)



Cartel conmemorativo, obra de Yui Black en rigurosa exclusiva
para este humilde blog, que refleja a la perfección el riesgo
y la osadía de lo que ocurrió aquella mañana de primavera.


Aquel 12 de abril de 1961, camino de la rampa de lanzamiento, Yuri Gagarin era consciente de que posiblemente estaba a punto de emprender el último viaje de su vida y que la muerte tal vez le aguardase a menos de cinco horas. De hecho estimaba en alrededor de un 50% sus posibilidades de sobrevivir a aquel vuelo. No en balde, el cúmulo de potenciales fallos letales era enorme.

Hacía menos de cuatro años que se habían lanzado el primer satélite artificial (4 de octubre de 1957) y el primer ser vivo a la órbita terrestre (la querida perrita Laika, en el Sputnik 2, el 3 de noviembre de 1957); demasiado poco tiempo como para que la tecnología implicada estuviese lo suficientemente probada, pero la política manda ...

Y no es para menos. Si pensamos en ello un poquito nos daremos cuenta de que el viaje al espacio es poco menos que un triple salto mortal sobre el filo de un cuchillo. Desde el lanzamiento, que consiste aproximadamente en dejar que uno de los mayores artefactos explosivos (al menos potencialmente) jamas construido entre en ignición bajo tus posaderas, hasta el descenso, una caída mas o menos controlada desde mas de 300 km de altura, pasando por sobrevivir al entorno hostil de la órbita terrestre, en un vacío casi total, con cambios extremos de temperatura y bañado en radiaciones de origen diverso. Incontables factores implicados, demasiados resquicios para las averías, los defectos, los fallos, la mala fortuna o los errores.

Hoy nos parece trivial, poco menos que excursiones de rutina, pero la exploración del espacio es uno de los ejercicios mas arriesgados a los que se ha enfrentado el ser humano. Y en consecuencia uno de los mayores exponentes de la capacidad de nuestra especie para afrontar retos imposibles y superarlos.

Yuri A. Gagarin, el ser humano; alcohólico, mujeriego, soñador, padre, ...
Imperfecto y heroico. Frágil en suma. (Fuente: Wikipedia)

Hace ya 50 años del vuelo de Gagarin y sigue siendo fundamentalmente así, como lo demuestran los tristes accidentes del Challenger (28 de enero de 1986) y del Columbia (1 de febrero de 2003). Aunque nos cueste aceptarlo, el máximo exponente de nuestra capacidad tecnológica demuestra que estamos lejos de ser dioses, que no somos inmunes al azar y al desastre, que a fin de cuentas somos frágiles. Y que por ello deberíamos de amar mas la vida y el mundo, ese planeta del que el propio Yuri Alexeievich dijo, mientras lo circundaba en el vacío, "Pobladores del mundo, salvaguardemos esta belleza, no la destruyamos".

* * *

Hace unos meses encargue a Yui Black un cartel para conmemorar desde el blog el aniversario del vuelo del Vostok I. No puedo por menos que hacer notar el gran trabajo de un gran diseñador, que ha sabido plasmar con intensidad dramática la fragilidad de la que hablo en el post.

Desmarcándose de la iconografía mas habitual (aunque siguiendo un delicioso estilo retro inspirado en el cartelismo soviético), que se centra en la figura hierática plasmada en las fotografías oficiales que el régimen soviético ofreció del primer cosmonauta, en las que no se reflejan ni el riesgo, ni la humana duda (ni por tanto la verdadera heroicidad del evento), él ha recogido la esencia real de aquel logro. Aunque en realidad Gagarin nunca salió de la cápsula, ésta forma de retratarlo refleja mas fielmente el reto, la soledad, la escasa distancia que lo separaba de la muerte, el débil cordón que lo mantenía a salvo a través de la tecnología de su nave.


Les recomiendo encarecidamente que se pasen por su blog para poder descubrir las fases creativas que siguió para alcanzar el diseño final (y que le he rogado que plasmase en una entrada al efecto). Les aseguro que no quedarán decepcionados.


(*): Frase pronunciada por Yuri Gagarin al alcanzar la órbita de la Tierra. Se puede consultar la transcripción de las conversaciones entre Gagarin y el Centro de Control aquí (Yuriesfera.net)

5 comentarios:

  1. Es cierto lo que me comentabas sobre la fotografía que ilustra el post..

    El Hombre fue aplastado por el peso del Universo..
    Yuri Gagarin también fue el icono de ese "descenso"..
    Una terrible paradoja..

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  2. Fue un logro impresionante, no cabe duda. Lo que no sabía era que el própio Yuri estimaba en un 50% la probabilidad de morir. Yo tendría que estar loco para dar ese paso.

    Muy bonito el cartel y el blog de tu amigo.

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  3. Yui, mas que el Universo, lo que aplastó a Yuri pienso que debió ser el hecho de que lo que le había convertido en héroe había acabado también con su carrera de astronauta y que la figura (el personaje) del héroe se había tragado a la persona que había detrás.

    Jordi, el dato lo comenta Daniel Marín en su artículo conmemorativo publicado en la revista AstronomíA de este mes. Por cierto, Yui no solo es mi amigo; es mi hermano.

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  4. tienes un artista en la familia eh!! es precioso el cartel.

    Todo lo que traspasa la atmósfera es digno de quedar absorto.

    Un saludo.

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  5. ¡Magnífica iniciativa y estupendo cartel! Enhorabuena a ambos.

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