"Háblame, oh Musa, y cuéntame del hábil varón que en su largo extravío, tras haber arrasado la

sagrada ciudadela de Ilión, conoció las ciudades y el ingenio de innumerables gentes".

Homero
, Odisea, Canto I



jueves, 21 de octubre de 2010

Flowers



Como no solo de astros se alimenta el alma humana, hoy toca hacer una entrada como ésta. Hoy no hablaré de paisajes, no les contaré extraños relatos ni abrumaré con aspectos técnicos ni reflexiones. Hoy simplemente les mostraré flores. Flores humildes de plantas humildes encontradas en lugares humildes.


Habré de hacerles notar, sin embargo, que a mi modo de ver la belleza simple y sin pretensiones de estas pequeñas flores es belleza auténtica. Me refiero que a diferencia de la belleza pomposa de las flores famosas, la belleza humilde de éstas es mucho mas auténtica y universal. Solo que no tendemos a reparar en ella.


Pero todo esto es simple divagar porque en el fondo lo único que pretendía, por esta vez, era mostrarles estas fotos. Simplemente porque me apetece.

Al final va a resultar que soy un sentimental.

5 comentarios:

  1. Me parecen realmente bonitas.



    Creo que las flores son todas humildes,...lo de ser famosas, es por nuestra causa,...

    ...no porque lo hayan querido ellas,... :)




    Besos.
    B.T.C.O.

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  2. Y a mí me parece que tienes toda la razón. Ellas no tienen culpa de que nosotros decidamos encasillarlas. Fui un poco injusto con alguna ...

    Es un placer verte por aquí.

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  3. Algunos días ausente, me doy un paseo por el blog y me encuentro nuevamente entradas interesantes y buenas fotos. Muy buenas las de astronomía, del centinela olvidado. Sencillas y bellas también las florales.
    Estrellas y flores.
    ¿Acaso estas últimas son el propósito final de las primeras?

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  4. El arte de mirar el borde del camino...

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  5. Deckard; lo cierto es que no son tan diferentes, no. A mí los dientes de león siempre se me asemejaron mas a soles radiantes o a supernovas antes que a sus homónimos (de hecho me pregunto de dónde habrá salido tal nombre). Pero en tu provocación metafísica por ahora no caeré.

    Joako; es que mucha de la importancia del viaje está en el camino que escogemos y en lo que aprendemos de él. No ser capaz de detenerse un minuto a contemplar el borde y admirar la belleza sencilla que nos acompaña muy a menudo, es no comprender la vida ni sus tiempos.
    Hay que dejar que una tarde discurra mansamente tumbado en un prado para comprender siquiera un poco el sentido de la existencia.

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